El futuro que no llega

Temps estimat de lectura: 4 minuts
Rate this post

Foto de Lucía Meller

Artículo de opinión de Borja Ramon Beamonte, gestor TIC de la Fundació

El continuo de Gernsback , de William Gibson, contaba una historia sobre el futuro que se vislumbraba en los años 50, un futuro que, de hecho, nunca llegó a ser.

Su protagonista documenta el imaginario de cartón piedra de la América de los drive-in, cuando “Año 2000” se escribía con letras doradas y se esperaba relleno de maravillas tecnológicas: coches voladores, edificios de vidrio y acero que gratarían las nubes, ciudadanos dedicados a la alegría de vivir mientras ejércitos de máquinas hacían su trabajo. Autopistas de veinte carriles, aerostatos de etiqueta y pista de baile, funcionarios robot que resolverían cualquier trámite al instante.

Pasamos el fin del milenio, y aunque no igual, algunas expectativas se fueron cumpliendo, y en muchos casos con creces. Redes de comunicación y conocimiento global, apps  para hacer cualquier cosa, dispositivos cada vez más pequeños con pantallas cada vez mayores. Máquinas que nos reconocen, algoritmos que nos perfilan y se adelantan a nuestros deseos, o los van construyendo. Y uno zeitgeist  comercial que evoluciona con el objetivo único de sacar provecho de cada uno de estos avances, impulsando el conocimiento de nosotros mismos como consumidores. Mostrando las maravillas al alcance de nuestra tarjeta, empujándonos a sus terrenos de cacería digitales, cada vez más cerca, más ventajoso, más fácil, buscando la piedra filosofal de la compra en un solo clic. Depredadores de alta tecnología al servicio de la venta online .

Robot

Pero el futuro no llegó a todas partes, parece.

En el sector público, el diálogo con la administración arranca de un principio de desequilibrio conceptual: yo (Administración) soy un proveedor de servicios que tú (ciudadano) necesitas. El problema es tuyo.

Este espíritu satura cualquier interacción, y parece impulsar el modelo de servicio que la Administración implementa, desde la época de las pólizas y sellos y el “esto no está aquí; haga la cola de al lado”, hasta los sustos de funcionamiento de las e-administraciones bien avanzado en el siglo XXI. Los “Baja-imprime-firma-escanea-sube el documento X”. Los «la versión de su navegador no soporta este formulario». Los indómitos errores 404 o 500 que no tienen respuesta. El pánico de no encontrar un teléfono en el que consultar el trámite, sino FAQs que no tienen que ver con nuestras dudas.

¿Cuál es el impacto de todo esto en las entidades sociales?

Las entidades viven especialmente de subvenciones, a menudo su principal fuente de financiación. Como prestadoras de servicios que complementan o suplen obligaciones de la administración en la atención, acompañamiento y apoyo a personas en situación de vulnerabilidad, desarrollan actividades esenciales. Pero los esfuerzos a los que se ven obligadas por cumplir con los trámites que se les impone para optar a esta financiación son enormes.

El pasado 24 de noviembre, en la jornada » La simplificación digital en la administración pública: propuestas de las entidades sociales » la Mesa del Tercer Sector y Lafede.cat presentaron dos estudios sobre las dificultades de presentación de proyectos y justificaciones de subvenciones.

Algunos de los datos presentados parecen poco creíbles desde la perspectiva de una relación de provecho mutuo en la prestación de servicios. Tales como que la preparación de una subvención puede representar un incremento del 50% sobre el trabajo habitual, que los plazos de presentación no suelen ir más allá de dos semanas desde la publicación, o que en ocasiones las descripciones de proyecto se han de rehacer porque no cumplen lo suficiente con el redactado “desde la perspectiva de”. Otros parecen incluso irreales, dado que las justificaciones en cooperación internacional piden – a veces años después de la concesión y disposición de la subvención – documentos o trámites que no existen en los países donde se han realizado las intervenciones. Una especie de neocolonialismo burocrático.

Propuesta de decálogo de Buenas Prácticas

El decálogo de buenas prácticas extraído de los estudios, que es sólido, documentado y ambicioso, sería sólo el punto de partida para cualquier iniciativa comercial que, además, contara con un cliente a la fuerza fidelizado, cautivo, como son las entidades. Basta con sustituir palabras clave para ver el resultado.

El informe incluye: «disponer de un calendario de publicación de las subvenciones», «poder acceder por adelantado a los formularios», «proporcionar formación, acompañamiento y asistencia de cómo hacer los trámites» o «crear un sistema único para que las entidades se puedan registrar y actualizar sus datos” suenan muy diferente cuando pensamos en publicar productos, acceder al canal de compra, asistir en el proceso de venta, o guardar wish lists o perfiles de consumidor.

¿Y por cuándo podemos esperar este futuro? La jornada ofreció quizás una brizna de esperanza. En primer lugar, en lo que se refiere a los recursos; los ubicuos fondos next generation pueden financiar el cambio tecnológico, uno de los grandes obstáculos a superar. En segundo lugar, en forma de guía: parece que entornos de trabajo de la comisión europea, como el PADOR, el PROSPECT y el ECAS están ya reflejados en este modelo de servicio centrado en el usuario.

Por último, y seguramente lo más importante, la mesa redonda permite pensar que la administración considera que es el momento del cambio. Las reflexiones de Ascen Moro , Núria Espuny , y Astrid Desset tenían la letra y la música adecuadas, y aportaron sus propios datos sobre las posibilidades y necesidades de mejora. Es más, añadían un punto de vista trascendente y en este sentido inatacable: que la transformación de la administración no constituye sólo una ventaja para el usuario, sino para el propio prestador del servicio.

Quizás ahora podemos esperar que el futuro nos llegue a todos.

Nuestro compromiso con los ODS 2030

Sustainable Development Goals E Final Sizes
Sustainable Development Goals E Final Sizes
Comparteix aquesta pàgina
Hacer una donación Hacerme socio
Gracias a tu ayuda podemos estar al lado de quienes más nos necesitan.
¿Qué tipo de donación quieres hacer?
PUNTUAL
¿Cuánto quieres aportar?
¿Qué eres?
PARTICULAR
EMPRESA