Foto de de Michael Jastremski
Hoy queremos hablaros de un ejemplo no real, que no significa imaginario, de una familia en situación de vulnerabilidad. Veámoslo:
Eres una madre con dos niños, uno de ellos con necesidades especiales.
Trabajas a media jornada – afortunada – pero no tienes red y por tanto no puedes trabajar más horas.
¡Cobras netos 750 € al mes – doblemente afortunada – si pudieras trabajar todo el día serían 1.500 €, mucho más que un mileurista! ¡Vas a parar!
Vives en un pequeño piso de dos habitaciones en el área metropolitana de Barcelona. La media del precio del alquiler en Cataluña es de 734,33 € en 2020. Si eres triplemente afortunada pagarás, más o menos, la media.
Te quedan 15,67 € por pagar la luz, pero este año el recibo medio de la luz en España es de 79,26 €
Ya no eres tan afortunada , por eso decides que ni estufa, ni nada , abrigaditos y con mantas, los deberes del cole con guantes sin puntas, que es muy cool. Y dejamos la factura a la mitad: sólo te faltan 23,96€ para pagar la luz.
La comida, el agua y el gas, la ropa -crecen tanto deprisa-, lo que necesitan para la escuela, los medicamentos, el transporte… ahora ya no te nada afortunada: visita a Servicios Sociales, a Cáritas , lo que sea!!!
Ésta es la realidad de muchas familias en nuestro país
Según el informe FOESSA en Catalunya 2.258.000 personas –más del 29% de la población– están socialmente excluidas y de éstas, 1,2 millones sufren exclusión severa.
Las mujeres, la gente mayor, los jóvenes y las personas migradas son los colectivos más debilitados por culpa de la crisis que estamos viviendo.
Y el mismo informe alerta de que ha empeorado la precariedad y se ha «cronificado» el paro. Ahora hay un 8,2% de las familias con todos los miembros desempleados, y en un 13,1% de los hogares el principal sustentador tiene una grave inestabilidad laboral. Esta precariedad se ha multiplicado por cuatro respecto al 2019.
La pobreza energética afecta a un amplio segmento de la sociedad catalana. Los precios no paran de subir. Nos decían ayer Al Matí de Catalunya Ràdio (32:26) que el precio de la luz ha subido un 46% en un año, el del gas butano un 33%, el gas natural el 13% y la gasolina el 23%.
El IPC subió un 6,5% en 2021.
Acompañamiento integral a la exclusión social y residencial en la Fundación
En la Fundación el año pasado acompañamos a 465 familias, de las cuales el 98% pagaron un alquiler muy social de entre 30 y 280€ al mes. Un alquiler que se pacta en función de sus posibilidades y que, además, puede estar sujeto a ayudas de Cáritas y de la Generalitat de Catalunya.
Con los suministros hace unos años decidimos que estarían a nombre de la Fundación para evitar los cortes de luz, gas y agua, después la familia nos hace abono del gasto.
Desde que se aprobó la Ley de pobreza energética en 2017, las familias que se encuentran en un proceso avanzado de su plan de trabajo, recuperan la titularidad de los suministros, lo que los apodera y los hace avanzar hacia una situación normalizada.
Esta situación también permite renegociar el precio de los pisos en bloque. Y nos complace decir que con nuestro proveedor eléctrico, HolaLuz, hemos podido negociar una tarifa provechosa para las familias, hasta septiembre 2022, cuando prevén que habrá que volver a revisar el precio de la luz.
Así, la mayoría de nuestras viviendas tendrán un precio único a cualquier hora del día de 0,29 €/kWh, que si se mantienen el consumo habitual, en términos generales, supondrá un descenso del total de su factura.
Quizás hoy habríamos tenido que hablar sólo de pobreza energética , pero primero debemos hablar alto y claro de pobreza y de exclusión.
Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.
Nuestro compromiso con los ODS 2030
