La emergencia habitacional en Caldes de Montbui es una realidad innegable. Los precios del alquiler se han disparado, la oferta es insuficiente y el parque público y social de vivienda es incapaz de dar respuesta a las necesidades reales de la población.
En ese contexto, el partido municipal Ara Caldes nos invitó a una sesión abierta el pasado 20 de marzo para abordar esta problemática y explorar conjuntamente posibles soluciones con impacto real.
Desde la Fundación Vivienda Social, agradecemos la invitación y reiteramos nuestra total disposición a poner el conocimiento y la experiencia de la organización al servicio del municipio para revertir la exclusión residencial también en el ámbito local.
A continuación, compartimos los datos clave de la presentación a cargo de Sergio Rodríguez, director de la Fundació.
La emergencia habitacional: una realidad estructural que exige acción local transformadora
La crisis de la vivienda no es ya un fenómeno puntual ni limitado a grandes ciudades. Hoy, es una emergencia estructural que afecta a amplias capas de la población y que amenaza la cohesión social a todos los niveles. Los datos son claros, la realidad local lo confirma y desde el ámbito fundacional y comunitario existen propuestas validadas y viables para revertir esta situación. El caso de Caldes de Montbui es un claro ejemplo.
Una radiografía alarmante: la vivienda en Cataluña y en Europa
El derecho a la vivienda, aun estando jurídicamente reconocido, sigue siendo un derecho incompleto para miles de familias. A nivel europeo y estatal, las políticas de vivienda han sido históricamente infrafinanciadas, en contraste con otros pilares del estado del bienestar como la salud o la educación. Esta falta de inversión ha generado un escenario de dependencia casi total del mercado libre, que no está diseñado para garantizar el acceso universal a un hogar digno.
En Cataluña, entre 2013 y 2022, los precios del alquiler han aumentado entre un 20% y un 43%, mientras que los salarios sólo lo han hecho en un 14,5% Esta desconexión entre ingresos y costes de vivienda ha derivado en una presión inasumible para los hogares con menos recursos, pero también para las clases medias. erosionando el tejido social y aumentando la dependencia de los servicios sociales.
El impacto de esta crisis va mucho más allá del ámbito económico: condiciona la salud física y mental, el rendimiento educativo de los niños, las oportunidades laborales y la capacidad de participación cívica. Cuando no existe una base residencial estable, todas las demás políticas sociales ven reducida su eficacia.
Caldes de Montbui: el reflejo local de una crisis global
Caldes de Montbui ha sido incluido entre los 271 municipios catalanes declarados como zonas de mercado residencial tensionado . El diagnóstico local no deja margen a la duda: la combinación de un parque de vivienda pública y social insuficiente, una oferta de alquiler muy limitada y un incremento de la demanda –especialmente en los quintiles de menor renta– ha generado una situación límite.
La falta de oferta asequible expulsa progresivamente a las familias del municipio, agrava procesos de exclusión y genera una dependencia absoluta del mercado libre. Caldes no es una excepción, pero es un territorio con potencial para innovar si se toman decisiones valientes con clara orientación al derecho a la vivienda.
Cohabitac: soluciones realistas, sostenibles y de alto impacto
Ante este escenario, la respuesta no puede fragmentarse ni a corto plazo. Desde COHABITAC –la coordinadora de fundaciones que trabajan por la vivienda social– se proponen líneas de actuación estructuradas, fundamentadas y adaptables a la realidad de cada municipio. Éstos son algunos de los ejes de intervención:
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Promoción sobre suelo público : Desarrollar viviendas o alojamientos sociales en régimen de derecho de superficie o concesión administrativa, en colaboración con la administración local.
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Rehabilitación con finalidad social : Recuperar edificios en desuso o infrautilizados para destinarlos al alquiler social gestionado.
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Gestión de parque público : Externalizar la gestión a entidades con experiencia social, que trabajan con una lógica de proximidad y acompañamiento a las familias.
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Cesión de viviendas de particulares : Activar mecanismos para que propietarios privados pongan a disposición pisos vacíos para usos sociales, con garantías de mantenimiento, cobro y retorno.
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Acompañamiento integral : No es suficiente con ofrecer un techo; es necesario generar procesos de capacitación, inserción y empoderamiento que refuercen la autonomía de los hogares.
Además, las fundaciones que integran COHABITAC tienen por ley la obligación de reinvertir al menos el 70% de los ingresos netos en fines sociales, lo que asegura un alto retorno social para cualquier colaboración público-comunitaria.
Conclusión: una ventana de oportunidad para Caldes
Caldes de Montbui tiene ahora la oportunidad de impulsar políticas de vivienda innovadoras, eficientes y alineadas con los derechos sociales. Para hacerlo posible es necesario activar alianzas estratégicas entre administración, entidades y comunidad. No sólo se trata de construir viviendas: se trata de garantizar el derecho a una vida digna y estable, también desde el territorio.
