Hoy, vigía del 8M día internacional de las Mujeres, entrevistamos a Carme Arcarazo Sampere, portavoz del Sindicato de Alquiladoras para que nos explique, desde su experiencia, el papel de las mujeres en el movimiento por el derecho a la vivienda y cuál es el papel del feminismo en las organizaciones.
Fundación Vivienda Social: Buenas noches Carme, ¿cómo llegas al movimiento de defensa de la vivienda ya ser portavoz del sindicato de inquilinos?
Carme Arcarazo Sempere: Yo vivía fuera y hacía mucho tiempo que seguía lo que estaba haciendo el Sindicato. Cuando llegué a Barcelona tenía ganas de hacer algo, vi que la situación es completamente desbordante y entonces empecé a militar en el Sindicat de Llogateres.
Es curioso porque el Sindicato tiene algo, que no sé si ocurre en otros espacios, y es que mucha gente llega porque tiene una necesidad, un problema, un conflicto y en el Sindicato recibe asesoramiento de todo tipo de gente, personas que han sufrido antes, gente que no lo ha sufrido pero aporta su conocimiento, y después se convierte en militante. Pero también ocurre lo contrario, gente como yo que llegan porque el problema les parece indignante pero llega el momento en que tú también tienes el problema.
Estas dos dinámicas conviven: tarde o temprano tú también serás víctima de ese sistema de alquiler y especulación.
FHS: Tú venías de estudiar fuera…
CASO: Yo hice el bachillerato en Bosnia y la carrera en Amsterdam -Carme es economista y politóloga-. Luego viví en México donde trabajé, más que estudiar. La última época lo hice a una organización que acompañaba a personas defensoras de la tierra y el territorio. Entonces yo trabajaba con muchos activistas de comunidades indígenas que oponían resistencia a proyectos extractivos de compañías energéticas, petroleras… todo tipo de proyectos macro. Yo estaba en la retaguardia, en temas de seguridad y protección, velando para que pudieran continuar su trabajo, reduciendo el número de amenazas y los riesgos en general.
Entonces volví a Barcelona, las tornas se giran, y acabo haciendo de defensora de un derecho humano como es el derecho a la vivienda.
FHS: Mañana es 8M, Día de Internacional de la Mujer. Las mujeres han estado históricamente en muchas luchas y revoluciones, también en la lucha por la vivienda, ¿cuál es ahora su papel en el Sindicato?
CASO: Yo creo que, como ha pasado toda la vida, las mujeres son las más afectadas por el problema de la vivienda. Son las mujeres quienes tienen los ingresos más bajos, son las que más a menudo se hacen cargo de hijos, en algunos casos solas, y son las más precarizadas.
La buena noticia es que, como en todas las luchas que tienen que ver con la defensa de la vida, en el movimiento por la vivienda las mujeres son sujetas y realmente son las primeras que se hacen cargo esta situación, porque además históricamente se les ha dado ese papel que tiene que ver con la defensa del hogar y con los cuidados.
Ahora son las protagonistas del movimiento. Si vas a cualquier asamblea verás que la mayoría de personas lo habitan son mujeres.
De hecho lo que nos encontramos a menudo es que llegan muy deprimidas, sienten que han fracasado, que no han podido asegurar lo que todo el mundo esperaba de ellas. Entonces pasan varias asambleas sin participar por vergüenza, por esa culpa. Pero cuando sienten que ellas no son culpables, que todo el mundo está viviendo lo mismo, existe un proceso de empoderamiento espectacular.
FHS: Pero, ¿toman el papel de liderazgo?
CASO: Es cierto que a día de hoy el papel de portavoces y liderazgo está más en manos de los hombres. Pero la lucha que se hace en la calle la llevan adelante las mujeres. Quizás todavía no son suficientemente visibles a nivel de imagen pública, pero esto está cambiando, cada vez vemos más. En cualquier caso, al final acabamos siendo las mujeres quienes lideramos la lucha contra la especulación en Barcelona.
FHS: Dentro del Sindicato de Alquiladoras, ¿podemos decir que el papel dentro del organigrama es paritario?
CASO: Yo diría que sí, y que la mayoría de las comisiones están lideradas por mujeres.
HS: En el caso de los hombres, ¿cómo viven el empoderamiento de sus compañeras?
CASO: Es más difícil dar datos al respecto. Ahora mismo vivimos un momento en el que la dificultad de conseguir una vivienda a precio asequible hace que muchas personas vivan situaciones no deseadas. El simple hecho de que quieras separarte y no puedas genera situaciones inseguras para mucha gente. Existe una inseguridad ontológica que tiene un impacto clave en las mujeres.
Hay un miedo generalizado a perder la vivienda. La encuesta inquilina nos dice que 6 de cada 10 personas creen que en menos de 6 meses tendrán que irse de su casa. Este miedo hace que mucha gente viva en situación de peligro.
La lucha por el derecho a la vivienda es una lucha intrínsecamente feminista, pero sobre todo, desde las izquierdas que nos cuesta tanto posicionarnos en temas de seguridad, este tema es clave porque cuando hablamos de seguridad no sólo debemos hablar de la calle, también debemos hablar de hogares seguros. Y esto, si no se pone límite a la especulación, es muy, muy difícil.
FHS: Supongo que se encuentra en casos de violencia contra las mujeres que están en el Sindicato. ¿Se realiza alguna acción desde el Sindicato? ¿Existe algún sistema de acompañamiento?
CASO: El mero hecho de convivir con muchas más mujeres, de encontrarte con mujeres que están en situaciones parecidas a la tuya, u otras que te dicen No estás sola, yo he pasado por lo mismo y me he podido salir y estaré a tu lado a cada paso, hace que muchas personas se atrevan a hacer cosas que seguramente, si tuvieran que enfrentarse a este problema de forma individual, no hubieran sido capaces de hacerlas.
La potencia del Sindicato es darte cuenta de que la única forma de ganar es organizarte en el ámbito del alquiler, pero también te das cuenta de que traspasa a otras esferas de la vida, y cuando te encuentras con otros problemas como la violencia de género, también sabes que la mejor manera de hacerle frente es organizada con otras compañeras.
Es transformar el conflicto que creías individual, que parece que lo único que puedes hacer es recluirte en la familia, y darte cuenta de que únicamente podrás salir adelante y ganar si lo haces acompañada. Y esto es profundamente feminista.
HS: ¿Existe conciencia de este feminismo entre los colectivos del sindicato?
CASO: Yo creo que completamente.
HS: ¿Qué esperas para mañana?
CASO: Todas las mujeres nos hemos organizado y pasaremos el día juntas.
Ahora nos encontramos a unas pocas semanas de que se pueda aprobar una regularización de los alquileres, y esto no es sólo un tema sectorial de vivienda. Juego creo que una regularización del precio del alquiler es una medida profundamente feminista : puede garantizar que alguien pueda irse de una situación de abuso, que una madre soltera pueda salir adelante.
Hacer políticas feministas no es sólo romper el techo de cristal, sino que las mujeres puedan tener acceso a la vivienda y tener vidas dignas. Como el salario mínimo, también ayuda a quienes están en precario a vivir con dignidad. Poner un precio máximo en el alquiler también sirve a las mismas.
FHS: ¿Quieres decir algo para terminar?
CASO: El potencial del movimiento feminista hace que muchas mujeres que se sentían víctimas ahora, no sólo sean protagonistas, sino que sean militantes y líderes, luchadoras que lo hacen para ellas y todas.