Foto de Laura Pujol
Hoy conversamos con Meritxell Benedí, presidenta del Instituto Catalán de las Mujeres
Para ello hemos cogido el coche hasta Castellterçol, ahora que se acerca el 8M, para hablar de mujeres, feminismo y vivienda.
ViviendaSocial.Org: Meritxell, ¿los primeros movimientos pro-vivienda ya se dan a finales de la Edad Media, y no ha parado desde entonces, que nos puedes decir?
Meritxell Benedí: Para hablar de esto hay que tener presente a la historiadora Silvia Federici que ha hecho una revisión muy interesante de las tesis de Marx sobre el momento fundacional del capitalismo, el momento en que aparecen las bases de la sociedad actual, la idea de estado moderno, el modelo económico, etc.
Es el fin de la Edad Media y el inicio de la Edad Moderna, cuando la burguesía emergente se apropia de los bienes, entre ellos la vivienda, y de la capacidad de producción de la clase trabajadora. Federici nos dice que las mujeres son doblemente penalizadas, es también en ese momento cuando se construye la idea de seres inferiores y se desvirtúa su cuerpo, conocimientos y experiencias. La represión ejemplificante de la caza de brujas es la muestra. Las mujeres que tienen conocimiento, que están solas, son peligrosas y deben ser controladas por el padre, el marido y el hermano. Y esto ha ido adaptándose con el paso del tiempo. El capitalismo, el racismo y el patriarcado son altamente adaptativos.
El acceso de las mujeres a la propiedad
HS: Desde la Fundación acompañamos a muchas familias y muchas madres que se hacen cargo solas de sus hijos, vemos con fuerte claridad que las mujeres tenemos un serio problema en el acceso a la propiedad.
MB: Cierto, en el mundo actual, las mujeres que vivimos en una democracia moderna estamos en igualdad jurídica con los hombres, una igualdad que se ha logrado a partir de la lucha feminista. Basta pensar que hace 50 años las mujeres en España no podían votar ni abrir una cuenta corriente sin el permiso del padre o marido. Pero la igualdad que proclama la Constitución y los distintos Estatutos de Autonomía no es una realidad puesto que el punto de partida de las mujeres es inferior.
Para hacernos una idea: los trabajos que realizan las mujeres tienen menos valor económico, cobramos menos dinero y más en negro que los hombres, tenemos un índice mucho más alto de reducción de jornada, no cobramos por las tareas de cuidados –en las que dediquemos el doble de tiempo que los hombres– y no accedamos a los cargos de dirección que nos permitirían cambiar estas dinámicas. Todo ello hace que las pensiones de jubilación de las mujeres acaben, también, siendo inferiores que las de los hombres. Las condiciones de precariedad se producen desde que nacemos hasta su muerte. Las mujeres siempre tenemos menos acceso a los recursos por el hecho de ser mujeres.
Las mujeres y el trabajo
HS: Históricamente se ha ligado a la mujer sólo en el trabajo reproductivo, el trabajo de cuidados, pero esto no es del todo cierto, ¿verdad?
MB: Exacto, las mujeres siempre han trabajado fuera del hogar . El proceso de preindustrialización no se entiende sin el trabajo de las mujeres, que cobran la mitad y en ocasiones trabajan en casa –como en el caso del textil– y de los niños que cobraban una cuarta parte del salario. Aquí la cuestión es quiénes son los propietarios de la explotación agraria, de la fábrica, del taller… los hombres. Las mujeres han trabajado en el sector productivo desde siempre, lo que ocurre, como decíamos antes, es que no han tenido ni la propiedad ni contrato de trabajo…
HB: Esto es lo que ocurre ahora con las mujeres que viven en situación de exclusión, nos encontramos muchas mujeres que van a limpiar a casas, a cuidar de ancianos de los niños… que son ellas mismas que no se quieren regularizar.
MB: Cierto, de hecho tal y como está el tema de los autónomos… Nuestro reto es que conozcan y sean conscientes de los derechos que van a ganar: derecho a vacaciones, a baja por incapacidad, a pensión de jubilación…
HS: Volvemos a la vivienda. Las mujeres han sido motor de la lucha por el derecho a la vivienda, en Reino Unido tenemos referentes como Octavia Hill o Mary Barbouría Cataluña basta con recordar la huelga de alquileres del año 31, ¿dónde estaban las mujeres y los niños que llevaron todo el peso de la lucha, pero por qué no acaban de aflorar estos liderazgos?
MB: Es verdad, el movimiento está lleno de mujeres, y las ha habido que han liderado, como Ada Colau que con la PAH puso en el centro de la agenda política el problema de la vivienda. Pero las organizaciones no están aisladas de las dinámicas patriarcales que viven toda la sociedad. Los liderazgos femeninos siempre cuestan más de salir: las mujeres deben realizar muchos más esfuerzos, son más cuestionadas y menos reconocidas.
La visión de los servicios sociales
HS: Meritxell, ¿por qué crees que la ciudadanía reconoce y valora positivamente los sistemas educativos y de salud, pero no lo hace con los servicios sociales?
MB: La educación y la salud son sistemas universales y de cobertura global que todo el mundo quiere utilizar, tienen poca burocracia y son muy valorados. El sistema de servicios sociales es universal y no llega a atender a 2 millones de personas en Catalunya, pero nadie sabe lo que hace ni tampoco quiere utilizarlo. El resultado es que es un sistema hiperburocratizado y que es visto para atender al pobre y al desdichado.
HS: ¿Falta comunicación?
MB : Pues sí, no hemos sabido comunicar que los servicios sociales atienden 3 tipos de necesidades: las materiales, las relacionales y las vinculadas a la autonomía, y que cualquier persona puede, en un momento de su vida, necesitar de éste soporte.
Yo tengo la teoría de que esta percepción se sustenta en dos prejuicios: lo primero es que se dedica a algo que hacemos las mujeres, proveer y cuidar de nuestra familia, de nuestra gente. El segundo es estos trabajos, que realizan las mujeres, tienen poco prestigio y poco valor económico.
Además, nadie quiere ser visto como pobre, por tanto si lo es quiere decir que no se esfuerza lo suficiente y por tanto el sistema no es necesario. Ésta es la percepción que hay de la pobreza : se atribuye a un comportamiento individual lo que es un sistema estructural, que es la desigualdad .
HS: ¿Y qué hacer, cómo comunicar qué son los servicios sociales?
MB: Hay que medir más, incluir sistemas de medida cuantitativas del impacto de la intervención social. Si sabemos qué ocurre con una persona cuando hay una intervención, si puedo demostrarlo (cuantitativamente) también lo podré explicar. Es necesaria más formación científica en las profesiones sociales orientada a producir indicadores de éxito como hacen la enfermería y la medicina.
Si tú no explicas tu trabajo, no encontrarás ningún gobierno que quiera subir el presupuesto del departamento de servicios sociales. De la misma manera que todo el mundo entiende la subida de presupuestos del departamento de Salut, porque les va la vida…
HS: Pero a las personas atendidas y acompañadas por los servicios social, también les va la vida.
MB: Pero no estamos explicando bien y cuando lo hacemos, deberemos tener muy presente este prejuicio que hace que se piense que la gente se pobre porque quiere. Y aquí debemos hacer un cambio muy importante.
Lo dejamos aquí, Meritxell encadena nuestro encuentro con una reunión, el 8M se acerca y el trabajo se intensifica.
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