La nueva vida de la familia de Rachida

La Rachida, la Freya i el Mohamed
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Foto de Laura Pujol

en La Rachida y Mohamed en el 2014 esperaban a un hijo cuando se quedaron sin trabajo. Vivían en Barberà del Vallès y Rachida nos explica que, justo en aquellos momentos, el propietario les dijo que les subía el alquiler.

Desde Cáritas les derivaron a la Fundación y entraron en un piso en 2013, en el barrio de Besós Mar. Como todas las familias que entran en el proyecto Oikos se apuntaron a la bolsa de vivienda para acceder a una vivienda social.

Los últimos 8 años han tenido a Freya como educadora social y «la pienso seguir llamando» dice Rachida, Freya río.

Fundación Vivienda Social : Rachida, ¿que ha aprendido con Freya?

Rachida: amamos mucho a Freya, ella ha hecho su trabajo, lo ha hecho bien, pero también ha cuidado a la familia y eso para mí es muy importante. Con ella hemos pasado momentos muy duros, como cuando murió mi madre. Yo no pude ir a Marruecos a despedirla. En algunos momentos también hemos sufrido por pagar el alquiler.

Freya nos ha enseñado dónde estaba el CAP, el ayuntamiento, cómo… Nosotros veníamos de vivir en Sabadell y estábamos contentos de vivir en Barcelona, ​​pero necesitábamos ayuda.

Ella nos ha empujado, cuidado y dado mucho apoyo. Hubo un momento en que le denegaron la renovación del permiso de trabajo en Mohamed, pero gracias a su consejo lo solucionamos.

FHS: ¿Y justo a finales de año llamaste a Freya que te había tocado un piso social?

Rachida: Sí, y yo pensaba que era un castigo, qué me echaban del piso de la Fundación. Llamé a Freya muy angustiada. Pero estuvimos hablando y me di cuenta de que era una gran oportunidad, que hay muy pocos pisos y nos había tocado a nosotros.

FHS: ¿Ahora está trabajando?

Rachida: Yo sí, Mohamed no. Él trabajaba en la construcción, es un manijas. Nunca hemos tenido que pedir a la Fundación que nos hiciera ninguna reparación en el piso. Esperamos que pronto encuentre un trabajo.

FHS: ¿y los niños están contentos?

Rachida: Sí, no ha sido necesario que cambien de escuela y eso ha sido bueno. El pequeño va a la escuela y el mayor ya va al instituto. Eso sí, este piso es más pequeño y pagamos más, y esto da vértigo.

Es como si hubiéramos vuelto a tener 18 años -Mohamed sonríe- siento lo mismo que cuando llegué a Barcelona hace 22 años, emoción y miedo. Nos acabamos de hacer mayores de edad por segunda vez.

Ahora ambos ríen nerviosos, mezcla de ilusión y nervios.

FHS: ¿Cómo se siente ahora?

Rachida: A momentos tenemos miedo de no poder pagar el alquiler, ya no estamos tan protegidos pero tenemos las herramientas para salir adelante y tenemos mucha esperanza. Saldremos adelante.

FHS: ¿Qué les diría a una familia que entra en un piso de la Fundación?

Rachida: Que hagan las cosas bien, que cumplan (con la Fundación), que cuiden el piso y que busquen la vida, que no paren de buscar, que toquen todas las puertas necesarias para salir adelante.

A mí me recuerda la frase que Yuvisney nos decía hace unos años. Será éste el secreto de las familias que salen adelante.

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